Pernocta: camping municipal de St. Rome de
Dolan (44.272520; 3.215581)
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“Nous sommes du camping car
espagnol”
Oir hablar nuestro
idioma después de tantos días es un placer. A parte del joven canario que
encontramos en Conques al comienzo de nuestro viaje y ayer que vimos una camper
española en Florac, ningún compatriota más. Pero resulta que la persona
encargada de la recepción del camping municipal St. Rome de Dolan era peruana y casada con un gallego que en la
crisis emigraron aquí buscando trabajo.
Y es que hemos tomado una buena afición por las camping municipales. En
general son buenos y baratos. Este en concreto (44.272520; 3.215581) tiene unos
servicios sanitarios estupendos. Es pequeño y está situado cerca del “point
sublime”, a unos 7 km de este mirador, pero en algunos puntos del camping las
vistas son de vértigo, asomándose a la espectacular garganta que forma el río
Tarn cuyas paredes alcanzan los 500 metrosde altura. Pero…ya están ocupadas.
El día ha amanecido nublado y más bien fresco. Hemos puesto rumbo a Castelbouc un pueblo colgado de la ladera de la garganta del Tarn. Al salir hemos de atravesar de nuevo el puente con lomo de burro que pasamos ayer, pero hoy, hay un “semi bouchon”. Vemos como un turismo circula marcha atrás hasta el final permitiendo el paso de una furgoneta, un camión pequeño y otro turismo. Cuando el turismo llega al principio del puente vemos que se baja un policía y espera a que se acerque una señora entradita en años quien le da las gracias y se sube en lo que parece ser su coche. Para “servir a todos” está la policía, y lo cumplen y es que impresiona sacar marcha atrás un coche encajonado en las paredes de este puente.
Nos deslizamos
paralelos al río Tarn por una carretera que discurre entre inmensas moles
graníticas. El río esmeralda se abre paso y fluye conformando un paisaje de una
gran belleza y espectacularidad. La carretera en algunos puntos se estrecha y
hay que frenar e incluso parar para poder pasar con cierta holgura. Angel no
hace nada más que mirar el espejo retrovisor derecho porque dice que paso a
escasos centímetros de paredes de piedra que nos amenazan de forma continua,
pero es que voy pisando la línea blanca que separa ambos sentidos.
Y en esto nos hemos encontrado frente a la señal que nos desviaba a Castelbouc y allí me he parado ya que la carretera desciende estrecha. Angel ha preguntado si cabíamos y le han dicho que no se nos ocurriera así que hemos continuado nuestro camino.
Unos metros más adelante encontramos un
pequeño mirador que permite asomarse a este hermoso e idílico pueblo pegado a
la pared de las rocas y colgado literalmente de él, fundido en el paisaje y lamido por las aguas del verde Tarn. Una
belleza.
Nos acercamos al pueblo pensando si realmente merecerá la pena ya que no ha sido el primero que nos ha decepcionado como vengo relatando.
Paseamos disfrutando de la tranquilidad del lugar un viernes a las 10,30 de la mañana. Suponemos que mañana será otra cosa.
Nos dirigimos ahora a la cascada de Saint Chely y aquí de nuevo se hace imposible que lleguemos nuevamente por el tamaño de la carretera. Ya nos avisa del ancho. Justo, demasiado justo, y tampoco podemos disfrutar de las vistas desde ningún mirador. Yo me resisto y trato de buscar otro camino, pero no existe. Este es el precio que tenemos que pagar por viajar con comodidad en una autocaravana en vez de una camper o en un turismo.
La carretera ahora se abre ahora entre angostos muros de piedra y aparece salpicada de pequeños túneles excavados en la roca donde figura la altura, como mínimo creo recordar que 3,7m. Las paredes verticales se inclinan sobre ella y a veces temo darnos con el techo de la autocaravana. En un punto determinado la carretera se divide en dos ya que no permite el paso de dos vehículos a la vez. Así, por la parte superior y encajada entre una pared de roca que se inclina amenazadoramente sobre la carretera pasamos nosotros. Por la parte infetior abierta, los vehículos en sentido contrario.
Llegamos hasta La Malene
donde nos es imposible aparcar. Son tan solo las 12. No parece tener mucho
interés. Cuando lleguemos a casa mirare si nos hemos perdido algo o no. Y una
vez mirado, sí parece que el pueblo tenía un bonito paseo con rincones
hermosos. Desde la Malene parte una carretera que lleva al Point sublime, pero
por el mapa hemos visto que era muy estrecha y hemos preferido probar suerte
por otra desviación un poco más abajo donde la carretera que aparece en el mapa
parece ser mejor.
Allí preguntamos por
la carretera para acceder al “point
sublime” uno de los miradores más famosos de esta garganta y nos dicen que no
tendremos ningún problema. Así que en Les vignes aparece otra señal que nos
dirige hasta este detino y aunque Angel inicialmente duda, yo le animo ya que
vemos subir una autocaravana delante de nosotros.
La carretera es ancha
y tiene algunas curvas que cambian de sentido pero es perfectamente asumible.
Así que sin mayores problemas llegamos a este lugar que es un impresionante
mirador sobre esta garganta.
Estamos arriba del todo sobre una meseta contemplando este corte que el rio ha ido excavando con la paciencia de miles de años hasta configurar este maravilloso paisaje. A nuestra izquierda y derecha se extiende toda la garanta del Tarn con el rio al fondo. La vista se pierde en el horizonte y en la profundidad del paisaje. Incluso una pareja de buitres vuelan por debajo de nosotros. El sitio es espectacular, impresionante, no apto para los que tengan vértigo. Ya solo me ha quedado haber bajado en piragua por sus cristalinas aguas, saboreando sus rincones, su tranquilidad, su belleza, su espectacularidad, pero…me tendré que conformar con compararlo con las hoces del Duratón, compararlo claro, porque en algo se parece, en algo. Esto es mucho más grandioso.Así que ya desde aquí, a las 14,30 nos dirigimos al camping municipal. Al lado de este mirador hay uno, pero es privado, un poco más caro y peor calificado, así que preferimos recorrer los 7 km que nos separan de este otro, lo que ha sido todo un acierto.
Después de comer, una
merecida siesta, pero me invade una “pájara” que solo me quito en parte después
de una estupenda ducha. Tristemente la tarde está fresca, el cielo gris y no
apetece estar fuera. Ayer, pese a esto, me envolví en una manta y aguanté un
poco, pero hoy, no sé si por el cansancio, me encuentro algo destemplada y solo
que queda resfriarme y preocuparme porque pueda no ser un vulgar resfriado.
18 de julio sábado. St. Rome le Dolan-Cueva de
Aven Armand-Meyreis
Pernocta: Camping municipal de Meyreis.
El día hoy despierta con un impresionante y luminoso cielo azul, limpio de nubes, pero la mañana esta fría. Tengo pereza y me cuesta levantarme cuando el reloj marca un poco más de las 8. Angel se acerca a recoger los cruasanes y el pan y disfruto como una niña de estos sencillos bollos que los franceses saben hacer como nadie.
Después
recogemos bártulos y partimos en dirección a la cueva de Aven Armand aunque revisamos cuidadosamente por donde nos
envía el navegador y vemos que nos introduce por carreteras de “color blanco” y
por experiencia sabemos que son muy estrechas y que no debemos de pasar de las
amarillas, así que le cambiamos las ruta
para ir por carreteras más anchas. No he dicho que llevamos un mapa de Francia,
bueno, un “libraco” antiguo pero con mucha escala que podemos consultar antes
para ir sobre seguro.
Dejamos a nuestra
amiga peluda y nos dirigimos a comprar los tickets. Yo, al ser sábado y ya las
11,30 no confío mucho en que encontremos, pero tenemos suerte y en 5 minutos
entramos a visitar esta cueva.
Hacemos nuestra
correspondiente cola disciplinadamente después de intentar comprender el inglés
de la persona que nos vende los tickets y que es horrible, peor que el mío y
además tienen la mala costumbre de mezclarlo con el francés con lo cual, el
resultado es un “franglis” que no hay quien lo entienda. Luego dicen que los
españoles tenemos muy mal nivel de inglés en general.
Subimos en un
funicular repleto, donde no cabe un alma. Eso sí, todos con mascarilla y
después de habernos lavado las manos con hidrogel pero no dejo de pensar que si
hay algún positivo aquí se arma una gorda. (Este trayecto, tanto de ida como de
vuelta, me inquietó hasta que pasaron 15 días de nuestro regreso).
Tras unos minutos llegamos al final. Y ante nosotros se abrió la puerta hacia un mundo mágico.
Nos encontramos en una gigantesca sala, de proporciones enormes: 110 metros de longitud, 60 de ancho y 45 de altura y abajo, a nuestros pies, un bosque de estalagmitas, más de 400. Y entre ellas, la Gran Estalagmita que, con sus 30 metros de altura, es la mayor conocida hasta hoy en todo el mundo.
Un montaje audiovisual nos cuenta como fue descubierta por Louis Armand hace más de un siglo, proyectando sombras sobre el agujero por el que unas siluetas descienden imitando figuras humanas que se descuelgan por una cuerda.
Vamos descendiendo
despacio, disfrutando de cada paso. El grupo, de unos 25 o 30 personas, habla susurrando
y al guía se le escucha sin problemas lo que contrasta con lo que ocurre en
España que a veces parece que vamos en medio de una jaula de grillos.
Y nos vamos introduciendo en este bosque de enormes columnas de estalagmitas algunas de más de 3 metros de diámetro que se elevan alcanzando mas de 20 metros de altura pero además, no son rectas sino que tienen unas caprichosas formas como de setas o tortitas superpuestas lo que originan una irregularidad muy hermosa.
Hemos visitado ya muchas cuevas, todas ellas distintas y cada una con una característica que la hace única.
La peculiaridad de esta son
sus magníficas estalactitas.
Impresionantes, fascinantes…. No se puede dejar de mirar a todos los
lados, y sobre todo hacia arriba, y nuestros ojos intentan abarcar toda su
belleza, recogerla y guardarla cuidadosamente.
En una hora termina la visita y el funicular nos devuelve de nuevo a la superficie, al mundo real. Nos acercamos antes a ver el agujero original por el que los descubridores descendieron a la cueva.
Una vez en la autocaravana hablamos sobre qué hacer. Son tan solo las 13 horas. Yo creo que no da tiempo a ir a Mont Aigoual parando antes en el Abisme de Bramabiau o si lo hacemos vamos a llegar tarde al camping. Angel habla de quedarnos en el aparcamiento de esta cueva. Ahora hay seis autocaravanas pero me parece muy pronto y no tengo ganas de estar inquieta por si vienen o se van porque no me apetece hacer noche sola aquí. Además, el sitio no es que sea muy atractivo que digamos.
Finalmente decidimos bajar a Meyreus al camping donde
estamos ahora. 14,30 euros, junto al río y muy sombreado. Aunque está muy
lleno, la paz caracteriza este sitio,
por lo que es muy agradable. Una hora después de instalarnos nos acompaña una
familia que viene en una furgoneta con tres niños pequeños, pero apenas se les
oye. Igual que en España.
Después de descansar, sobre las 17 horas decidimos preguntar en recepción por un paseo y nos aconsejan el que yo tenía ya anotado, el del castillo de Roquedort que lleva a los jardines. Al encargado de recepción que pone todo su entusiasmo, nos cuesta entenderle porque hace lo mismo que la empleada de la cueva: mezclar el inglés con el francés.Resultado: el incomprensible “franglis”.
Entre un plano que nos
da y nuestras deducciones, aunque no sin ciertas dudas, conseguimos salir del
camping, andar unos metros por la carretera hasta encontrar la antigua que tiene una barrera. Por allí y todo
recto llegamos al pueblo, a 1 km del camping. Después de atravesarlo vamos
hasta el polideportivo donde hay un aparcamiento para autocaravanas y el camino
asciende pero por una solanera considerable y hace calor así que decidimos ir
por lo que sería el camino de vuelta y que circula cerca del río por un paraje
algo más atractivo. Pero también es carretera, aunque pequeña, pero llega un momento
en que se junta con otra de mayor entidad así que pierde el poco atractivo que
tenía y decidimos regresar. Me siento decepcionada. Este paseo que ya lo tenía
pensado no me ha gustado. Pensé que iba a ser a través de jardines del palacio,
pero no.
De vuelta al pueblo
nos atrapa una tienda de minerales y fósiles
y picamos y ahora ya, en el camping, ducha y cena y a preparar el día de
mañana.
19 de julio domingo. Meyreis-Abisme de
Bramabiau-Mont Aigoual-L’esperou.
Pernocta: Camping Dourbies le Combe
(44.089199,3.547270).
Frio por la noche así
que de cenar en el exterior nada de nada. Y la hora se nos echa encima planificando
el día siguiente.
Nos hemos levantado
con mucha tranquilidad y disfrutado de unos cruasanes que también me han sabido
a gloria. Los vecinos de al lado, la familia
con tres pequeños, se ha ido de paseo y no nos hemos enterado. Tampoco
de que cenaron ni de que se acostaron ni
de que se han levantado. Una delicia y
viajan en una furgoneta y tienda de campaña.
Tarde ya hemos puesto
rumbo al Abisme de Bramabiau para lo
que hemos tenido que atravesar Meyreis que tiene una sola calle y estrecha,
pero a estas horas no se nos ha dado mal. Y hemos llegado en poco tiempo y por buena carretera.
Un cartel que anuncia un belvedere nos ha confundido aparcando en el arcén de
la carretera pensando que no había otro lugar habilitado para ello, pero 200
metros más adelante había un gran aparcamiento.
Dejamos a nuestra
amiga peluda con el enfriador puesto y sacamos las entradas, 10 euros por
cabeza. Luego otra vez en “franglis” nos han dicho o hemos deducido que
teníamos que descender por un camino un km y allí nos recogía un guía que nos
internaba en el lugar.
Así que hemos bajado paseando por una amplia pista entre hayas, abetos y otra vegetación arbórea hasta llegar a lo que parecía el final. Allí nada más llegar, vemos que parte un grupo y alguien nos invita a sumarnos.
Y nos integramos en el
grupo donde observamos alguien que no lleva mascarilla y que me hace sentir
insegura ya que nos hemos internado por una oquedad en la roca por la que se
abre paso un río subterráneo en una cavidad que no está abierta al aire libre,
al menos en lo que podemos ver.
Después entramos en
una sala de exposiciones que tiene una tiendecita de lo más peculiar y original
que hemos visto, y volvemos a picar.
De nuevo en la
autocaravana decidimos descender hasta un aparcamiento donde se permite la
pernocta de autocaravanas (en esta meseta no) para comer ya que son cerca de
las 15. Descansamos y ahora ya toca buscar un lugar para pasar la noche. Y por
primera vez en este país desechamos dos sitios distintos, el primero un área
gratuita a las puertas de un camping y es que el lugar no resultaba nada
atractivo y el segundo, un área de pago pero entre dos carreteras y ahora con
mucho sol, así que buscando de nuevo en park4night encontramos el camping municipal
donde estamos ahora en Dourbies le Combe (44.089199,3.547270).
El lugar es sorprendente. Es un pinar por el que nos desperdigamos todos, tiendas, caravanas y autocaravanas pero hay mucho espacio y el suelo de hierba. Es lo más parecido a un “camping sauvage”. Mucha sombra y un edificio sanitario en el centro, viejo ya, pero limpio y suficiente. Elegimos un lugar sombreado entre los pinos y nos dicen que sobre las 19 vendrán a cobrarnos. Unos 12 euros, pero ya han dado las 20 horas y no ha aparecido nadie.
Es también de los
mejores sitios en los que hemos estado. Una delicia de paz donde solo oímos las
chicharas y el tecleteo del ordenador. Ya hemos preparado o perfilado el día de
mañana y algo del siguiente y nos sigue sobrando un día más. Aún no sabemos qué
haremos con ese “sobrante”.
Lunes 20 de julio. Durbies le Combe-Ciudad de
las piedras de Montpellier-Millau
Pernocta: Area de autocaravanas de Millau
Recogemos todo y
cuando nos vamos a las 9 no había venido nadie a cobrarnos así que ponemos
rumbo a la ciudad de las piedras de Montpellier ( chaos de
Montpellier – le vieux) pero pasando antes por un punto antes de llegar, en
Dourbies, para hacer un paseo.
Pero una vez allí el
lugar no resulta nada atractivo así que continuamos nuestro camino, ahora
mirando muy bien las carreteras por las que nos envía el navegador, aunque no
podemos evitar seguir en una blanca y por tanto estrecha hasta llegar a otra
más ancha.
Y la carretera es otra
belleza más que discurre por la garganta del río Dourbie entre abetos,
castaños, boj, abedules, hayas….pero es retorcida como ella sola y no
conseguimos desarrollar mayor velocidad que los 40 km hora. En algunos puntos
se estrecha y en otros es más ancha. Afortunadamente hay poco tránsito así que
únicamente nos cruzamos con algún que otro turismo pero no más. Todavía tengo
la imagen de la cabina del camión invadiendo toda la carretera, como si fuera
una película de terror.
Vamos circulando por hermosos paisajes. Atrás dejamos una villa colgada de las paredes de piedra y un poco después la bonita estampa de un molino junto al rio.
En un momento
determinado tenemos que dejar la comodidad de la carretera “amarilla” para
conducir por una “blanca” que nos llevará a nuestro destino. El navegador nos
marca varias posibilidades y vamos seleccionando las que creemos que serán más
cómodas para nuestras dimensiones.
Dejamos la
autocaravana en un secarral para dirigirnos a donde comienzan las sendas, cinco
señalizados cuyos recorridos oscilan entre 1 y 3 horas de marcha y unos enlazan
con otros, por lo que se puede caminar lo que se desee.
Elegimos comenzar por una de color verde para luego tomar otra morada. Nos internamos en un bosque de robles, abedules, y boj, mucho boj. El camino está afortunadamente sombreado porque son las 13,30 y el sol castiga hoy. Rozamos los 30 grados. Vamos siguiendo las señales verdes de nuestro camino y asomándonos a miradores que nos muestran hermosas vistas donde la vegetación se mezcla con enormes rocas formando un espectáculo casi mágico.
Cuando el sendero verde
enlaza con el rojo vemos que hemos estado casi 1 hora caminando y que hacer lo
que inicialmente queríamos nos podría llevar mucho tiempo, así que decidimos
renunciar al “morado” y continuar por el de color “rojo” hasta el “naranja”,
justo en un precioso arco llamado “la puerta de Micenas”, porque aquí todas las
rocas tienen nombres.
Seguimos las señales “naranjas”
y en punto determinado un cartel nos informa de que el camino es difícil.
Podemos seguirlo o continuar por otro de
color “rojo”, pero, somos cabezones, y en mayores nos hemos visto así que
decidimos continuar.
Cuando llegamos a la
autocaravana comprobamos que estamos en un auténtico erial donde el sol calienta
sin piedad. Gracias al enfriador, podemos permanecer dentro y decidimos por la
hora, que pasa de las 14,30, comer allí y descansar un poco, para luego buscar
ya un sitio donde pasar la noche.
Y así lo hacemos. El
primer sitio es uno a 900 metros de un
restaurante que es un aparcamiento gratuito, pero es muy poco atractivo, no hay
sombra, esta todo seco, así que decidimos poner rumbo a Millau, a un área de
autocaravanas junto a un camping. Por
las fotos vemos mucha sombra y sobre suelo verde. 12 euros todo incluido aunque
Angel ve luego otro en Peyrelade, un camping municipal bien calificado, pero
estamos ya aquí y el sitio resultó estupendo.
Yo me he dado una
ducha…con agua fría. Pensamos que era porque no habíamos abierto la tapa del
respiradero, pero no conseguimos que funcione. Arranca y aparece una luz roja.
Conseguimos al final
que funcionara pero poniendo la temperatura a 70 grados. No sabemos si es que
tiene aire, pero si fuera así, no aparecería aire en el gas de cocinar.
Nos molestan estas
cosas en una autocaravana nueva. La cámara de marcha atrás la mayoría de las
veces va, pero alguna que otra vez, dice que no y no dan con el problema y
ahora el agua caliente. Cuando la usamos en el
invierno pasado, creemos que tres veces su funcionamiento fue correcto pero
también es cierto que la pusimos a 70 grados. Una vez en casa y revisada en roulot, el problema se debía a suciedad de los
quemadores que arreglaron sobre la marcha y que si nos vuelve a ocurrir nos
dicen que podemos limpiarla soplando con el aire de inflar las ruedas en las
estaciones que hay en la carretera. Casi hay que hacer un grado universitario
para abarcar a estos trastos, y eso que llevamos ya 20 años en este mundillo.
Mientras que escribía
estas líneas me han acribillado los mosquitos. Estoy llena de picaduras. Nos echamos
repelente, cenamos fuera, esta vez la temperatura lo permitió y nos fuimos a
dormir sobre las 22.30.
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